Lubricación: La función principal de la grasa consistente es lubricar las superficies en movimiento, como rodamientos, cojinetes, engranajes, ejes, juntas y articulaciones. La grasa se aplica en estas superficies para reducir la fricción y el desgaste, prolongando la vida útil de los componentes y mejorando su rendimiento.
Protección contra la corrosión: La grasa consistente también proporciona una capa protectora sobre las superficies metálicas, ayudando a prevenir la corrosión y el óxido. Esto es especialmente importante en entornos donde las piezas están expuestas a la humedad, la intemperie o sustancias químicas corrosivas.
Sellado: La grasa consistente puede actuar como un sellador efectivo, ayudando a prevenir la entrada de contaminantes como polvo, suciedad, agua y partículas abrasivas en los componentes lubricados. Esto ayuda a mantener un funcionamiento suave y eficiente de los equipos y maquinaria.
Amortiguación de vibraciones y ruidos: En algunos casos, la grasa consistente puede ayudar a amortiguar las vibraciones y reducir los ruidos asociados con el funcionamiento de los equipos y maquinaria, lo que contribuye a un entorno de trabajo más silencioso y confortable.